materiales para serigrafia

Si quieres meterte en el mundo de la serigrafía, hay algunas cuestiones que deberías tener claras antes de empezar. Te ayudamos con ellas.

Para estampar telas se utilizan dos tipos de tinta fundamentalmente, las acuosas o lacas y las solventes o plastisoles. Si vas a montar un taller en tu casa, en un espacio reducido y con pocos medios, te aconsejamos usar las primeras porque se limpian de manera sencilla, con agua, y además, se secan con secador o al aire libre.

Por el contrario, para limpiar las tintas solventes tendrás que usar un disolvente específico que puede ser dañino para tu salud y también es caro. Otra desventaja es que las tintas solventes tienen que curarse en hornos profesionales a 180º.

Al principio te aconsejamos utilizar tintas acuosas, también llamadas lacas textiles, que se suelen usar para producciones cortas de estampación en tela y en serigrafía artesanal. Estas tintas se fabrican para que soporten muchos lavados aunque es verdad que con el uso pueden ir estropeándose y deteriorándose. Para evitarlo hay que curarlas adecuadamente.

Inicialmente no necesitarás ningún aparato o artilugio para serigrafiar las telas pero, si estás pensando en producir más unidades, te recomendamos que uses un aparato de estampación a mano, ya que conseguirás más en menos tiempo, sin que se quede la tinta seca en la pantalla, y con estampados de más calidad, añadiendo más de una capa de tinta.

Las pantallas que prepares para la estampación las puedes utilizar durante años si las cuidas y las tensas bien. Después de tensarla, la tela que te sobre la puedes recortar dejando un borde ancho alrededor de las grapas del marco de manera que puedas darle una vuelta adicional y poner otra fila de grapas para reforzar.  Conforme pase el tiempo, la tela perderá la tensión pero ya habrás podido usarla muchas veces y la habrás rentabilizado.

Para que la pantalla esté limpia y emulsionada, no te olvides de limpiarla primero con agua y jabón y luego aplicarle un recuperador, que elimina la emulsión primera, antes de volver a emulsionarla.

Para poder estampar en tela vas a necesitar un fotolito o negativo fotográfico impreso en acetato o poliéster que se utiliza como modelo o plantilla para estampar en la tela. Previamente hay que fijarlo a la pantalla mediante dos procesos: la insolación y el revelado.

Te aconsejamos que el fotolito lo hagas con un mapa vectorial en lugar de mapa de bits porque resulta de mayor calidad y definición. Puedes usar programas como Corel Draw, Freehand o Illustrator. Si a pesar de todo te decantas por el mapa de bits, prepara el diseño gráfico a 300dpi de resolución.

Cuando lo tengas preparado, deberás colocarlo sobre la pantalla en forma de espejo, es decir, como si estuviera reflejado, para que al estampar la tela quede de forma normal.

Antes de insolar la tela, deberás emulsionarla pasando una espátula por ambos lados de la pantalla en varias ocasiones consecutivas. Trata de que resulte lo más liso e igualado posible, eliminando la emulsión sobrante que se haya quedado en el borde.

A continuación, comienza con la insolación. Debemos colocar el fotolito plano sobre la pantalla en forma de espejo, como ya hemos explicado antes. Si no queda liso sobre la pantalla, el dibujo puede quedar borroso. Para evitarlo, fíjalo con cinta adhesiva transparente a los bordes.

La emulsión que hemos aplicado es sensible a los rayos ultravioleta así que el mejor medio para insolar la tela de la pantalla es exponiéndola al sol. Como no siempre se puede disponer de luz solar, puedes montar una insoladora doméstica con luz artificial. El tiempo de insolación de la pantalla dependerá de la distancia, cantidad y calidad de la luz  a la que la exponemos. Haz pruebas hasta que logres resultados satisfactorios y así sabrás tu tiempo de insolación.

Una vez finalizado este proceso, vamos a revelar la pantalla metiéndola en una bañera o recipiente lo suficientemente amplio como para poder darle con un chorro de agua a presión y un poco de jabón. Utiliza un estropajo para darle a ambas caras de la pantalla y conseguir que se vea transparente.

Finalmente, si todo ha ido bien, comenzaremos la serigrafía de la tela. La tinta debe tapar los poros de la tela para que consigamos un  dibujo limpio y liso.

Si como te hemos recomendado has utilizado tintas acuosas o lacas, debes dejar que se seque al aire libre durante 1 semana como poco o bien utilizar un decapador de aire caliente que secará la tela inmediatamente porque puede llegar a los 600 grados.

 

About the author